Acabé la pasada semana con la gloria pero en mi límite psicológico. Conseguí aumentar entre los 70 y los 100 euros/tn a todos mis amigos europeos, sobretodo alemanes y continué manteniendo mis récords de venta habituales.
Mi idea es cerrar este semestre generando los volúmenes de venta mas altos del continente –en mi sector- y hacerlo al precio de venta mas alto que me permitan las circunstancias actuales, impuestas por mi querido oligopolio siderúrgico que tan feliz me hace con sus calculados movimientos alcistas!!
En la foto con mi admirado Herr Kreft, delegado del embajador alemán en España y con quien tuve el privilegio de intercambiar impresiones el pasado viernes: Cristina, me decía, la economía ha de ir siempre por delante de la política. Una política fuerte es la que está basada en una economía fuerte. Si las empresas no funcionan, el país no funciona.
Nuestra malograda y patética clase política debería escuchar y aprender de quien sabe más y hace las cosas mejor.
Verdades como templos!
En mi línea habitual de hacer empresa, de hacer país, en definitiva, de contribuir activamente, a hacer Europa, mi objetivo de la semana que inicio es lograr conseguir nivelar mi precio objetivo de venta máximo, conseguir el máximo margen de ganancia para la compañía y perjudicar mínimamente a todos y cada uno de mis clientes/ amigos.
Intuyo , incluso, que las siderúrgicas podrían ir mas allá y no dar precio. Tengo dudas razonables para pensar así. Por otra parte: no sería tirar demasiado de la cuerda?
La demanda de acero a nivel mundial se mantiene estable, incluso, débil. No crece y los pronósticos no son mucho mejores. Falta intensidad en la demanda. Conseguir pedidos es como ir a buscar trufas al campo: existen, pero necesitas andar mucho y acompañarte de un buen perro con mejor olfato.
Desde la segunda mitad del 2008, al inicio de la crisis hasta la fecha, los pedidos, claramente, se provocan.
Sin el marco estructural de una fuerte demanda, las acerías comenzarán a tocar el freno antes de que acabe el verano.
En cuanto a las acciones de los grandes grupos metalúrgicos, toca mantener y seguirlas muy de cerca: aun no ha llegado el momento de vender.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto!
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