martes, 7 de febrero de 2017

CÓMO CONTINUAR CUANDO NO HAY GANAS DE CONTINUAR


A medida que nos adentramos en el nuevo año, es muy probable que el remordimiento de conciencia comience a corroer nuestra precaria fuerza de voluntad: todos los objetivos que dejamos por escrito en nuestra agenda mental con fecha 1 de enero, acaban convertidos en meras idealizaciones de lo que sabemos / queremos / deberíamos hacer, pero no somos capaces de llevar a cabo. Por que, sencillamente NO TENEMOS GANAS. Y tampoco NOS APETECE

Este diálogo interno, tan habitual y tan humano, es el talón de Aquiles en la consecución de cualquier objetivo vital / profesional / existencial y probablemente será un tema recurrente en nuestras vidas. Analizar por qué somos víctimas de la desidia no es fácil pero es una cuestión que hemos de afrontar antes de que nos sumerjamos en un bucle del que difícilmente saldremos. 

Analicemos por qué hemos dejado de TENER GANAS. ¿Qué emoción o circunstancia / episodio de nuestra vida, contribuyeron a que nos instaláramos en un ejercicio pasivo de la misma? ¿Por qué estamos actuando contraria a lo que debemos hacer?

Hemos de establecer, en definitiva, un honesto diálogo interior con nuestra persona.



¿Cómo continuar cuándo no hay ganas de continuar? 

¿Cómo continuar cuando no apetece ni salir de la cama?

¿Cómo continuar cuando no le encontramos sentido a lo que estamos haciendo?

¿Cómo continuar cuando la vida nos da un varapalo difícilmente soportable?



Relativicemos el socavón existencial. Es / fue sólo eso un socavón en nuestro camino vital. Recordemos que el sufrimiento forma parte de la vida. Exactamente como la felicidad. El sufrimiento ha de ser aceptado con humildad pero con la firme convicción de que no podemos bucear desidiosamente en el socavón para siempre. Entre otras cosas por que es completamente inútil. El sufrimiento es inútil. Instalarse en él plácidamente y dejarse arrastrar hasta paralizar todo lo que podemos y queremos hacer, es la manera mas nociva y absurda de dedicar ni un sólo minuto de nuestra maravillosa y limitada existencia. Del regalo que supone estar vivo y luchar por lo que nos hace felices. De abrazar la esperanza. La posibilidad del SI con mayúsculas. De eliminar la convicción de que nuestra vida también nos depara sorpresas positivas y felicidades inesperadas. 

Claramente, si no acompañamos nuestros deseos de perfeccionamiento (objetivos) de acciones bien pensadas y dirigidas, nunca vamos a llegar a ninguna parte.

Cuando no hay ganas hay que INVENTÁRSELAS. Cuando no HAY, hemos de INVENTARLO. Que crearlo. Como hacen los niños. Hemos de retornar a nuestra capacidad de fantasía y creatividad y hacer MAGIA. Hemos de volver a JUGAR A

Inventar, jugar a…es activar lo que está dormido dentro de nosotros, lo que probablemente en algún momento de nuestra vida FUE. Reactivarlo es adentrarnos en el bucle contrario al de la desidia y la pasividad existencial.

Interioricemos estos puntos. Inventémonos lo que NO HAY. Iniciemos los primeros pasos, lentos pero seguros y premiémonos por ello. Esfuerzo / sacrificio / recompensa: OBJETIVO, hasta convertirlo en HÁBITO, hasta convertirlo en algo natural en nuestro camino hacia la excelencia. 

Nuestra vida es un crédito que la eternidad nos concede arbitrariamente. Es tan sólo un pequeño paréntesis. Si somos capaces de interiorizar que, afortunadamente, no sabemos de cuanto tiempo dispondremos y que, cada día es una ventana abierta a la posibilidad del SI, recuperaremos las necesarias ganas y conseguiremos eliminar la desidia de nuestro vocabulario.



Yo, cuando no tengo ganas, me las invento.


0 comentarios:

Publicar un comentario