lunes, 18 de julio de 2016

EL OBISPO Y LAS VIRGENES


El objetivo de La Religión ha sido siempre lograr el enriquecimiento económico masivo y el poder absoluto incuestionable.

Esta ardua tarea se ha llevado a cabo históricamente, mediante la manipulación psicológica más sútil y refinada de sus adeptos. El método es sencillo y viejo como el mundo: se establecen uno o varios “dogmas de fe”, que como su propio nombre indica, carecen de cualquier fundamento lógico y mucho menos evidencia científica que los sostenga, cuando menos de ser sometidos a ser criticados o discutidos. En segundo lugar se establece un fuerte sentimiento de culpa, que, llevado al extremo, alcanza la categoría de “pecado”, que hace la vida de los malogrados seguidores de este sinsentido, ciertamente, muy difícil, siendo la causa de múltiples transtornos; complejos; traumas; fobias e incluso suicidios, como no podía ser de otra manera. 

Creer en el absurdo, en lo no evidenciable, ya puede causar de por sí, trastornos mentales severos, cuando menos si los fieles se ven obligados a vivir bajo el yugo constante del “pecado” que podría arrojarles fuera del adoctrinado rebaño y lo peor: a arriesgarse a ser devorados por las llamas del infierno fo-re-ver.

En base a estos dos miserables conceptos (dogma de fe + pecado), tan siniestramente diseñados para controlar el cuerpo, la mente y lo que es peor, cualquier atisbo de pensamiento crítico de sus seguidores, La Iglesia Católica, en este caso, ha creado un Imperio a lo largo de sus muchos siglos de existencia de dimensiones absolutamente estratosféricas y que escapa a nuestro alcance de simples mortales. 

Dicho Imperio y como cualquier otro, se ha constituido en base a una manipulación y control sobre sus pobres adeptos dignos de denuncia y susceptibles de ser castigados por decreto y no pocas guerras; torturas; luchas de poder; miles de muertos; asesinatos no esclarecidos; corrupción financiera sin límite y en definitiva, una serie de escándalos para los gustos mas morbosos y dignos de un serial televisivo.

En los últimos tiempos han aparecido en los medios de comunicación de todo el mundo, cargos eclesiásticos de todo rango y culpables de todo tipo de delitos relacionados con la corrupción financiera y la lamentable pedofilia, hechos constatados y delictivos, que están haciendo más por el ateísmo que Richard Dawkins. 

Enumerarlos me llevaría muchas páginas de Blog, darían para llenar esta sección per secula seculorum y robaría protagonismo del (muy a mi pesar), auténtico protagonista de mi “ Estupidez Humana “ de este mes de Julio , sección dedicada –como sabemos- , a denunciar y analizar a fondo y objetivamente, la abundante estupidez que nos rodea y que trata de evitar al mismo tiempo que acabemos siendo infectados por ella, como decía, el auténtico protagonista es el inefable Arzobispo de Alcalá de Henares Monseñor Reig Plá.

Cuando pensé que Su Eminencia, Cardenal Cañizares, no podría superar la estupidez humana máxima tras sus aberrantes declaraciones sobre “El Imperio gay”, entre otras lindezas dignas de su medieval cerebro, uno de mis amigos, mi querido Aurelio (gracias Aurelio gracias!!) me advierte de la entrada en escena de otro oscurantista, Su Eminencia (II) Monseñor Juan Antonio Reig Plá , quien con sus últimas declaraciones a cerca de como recuperar la virginidad, la nuestra, la de las mujeres, alcanza el glorioso Número 1 de mi sección de forma categórica, indiscutible y sin lugar a dudas. 

Que momento.

Gracias a este ser que se quedo en el año del Señor 1.415 aproximadamente y rechazó cualquier tipo de evolución y/o progreso, la estupidez humana alcanza el Olimpo de los Dioses, el non plus ultra. Alcanza la categoría de lo sublime, en una palabra. 

Como veíamos anteriormente, el concepto de pecado tan maquiavélicamente diseñado por Iglesia S.A (mi definición preferida de esta magnífica multinacional, maravillosamente gestionada desde el punto de vista empresarial puro y duro), necesita nutrirse de aspectos fundamentales e inherentes a la condición humana para que el terror psicológico de sus adeptos sea tal que estén dispuestos a aceptar y creer cualquier imbecilidad creada para lograr el sometimiento (y por supuesto!) la rendición de su condición pensante. No hay otro aspecto más fundamental e inherente al ser humano que su propia sexualidad. La sexualidad humana, tan natural y normal pero tan denostada y degradada por Iglesia, S.A desde el inicio de su fundación hasta el presente siglo, como mecanismo de control total sobre la psique de cualquiera que les siga. 

Escuchando a Su Eminencia comienzo a sentir miedo. Miedo físico, es más, creo que si pudiera me quemaría viva en una hoguera y mientras rezaría por salvar mi alma de mujer descarriada. 

Analizando el discurso pre-medieval de Reig Plá veo que cualquier mujer normal del S.XXI (entre las que me incluyo, lógicamente), no satisface ninguna de sus líneas, a saber:


1-Soy una mujer y tengo un cerebro.

2-Creo y defiendo la Igualdad de género.

3-Respeto las diferentes opciones sexuales ( la sexualidad humana es amplia ).

4-Entiendo el sexo como algo natural y normal.

5-He votado en las últimas elecciones.

6-Voy a trabajar cada día y asumo la responsabilidad de mi vida, ningún hombre ha de asumirla por mí.

7-No quiero casarme. Es más la palabra “matrimonio” me produce ictericia acompañada de salpullido.

8-Hace 25 años que perdí mi virginidad, no estaba casada y no tengo ningún interés en recuperarla.

9-Tengo amigos gays. 

10-Tengo 3 gatos negros con los que convivo. Y además, les quiero con todo mi corazón.

11- Cuestiono y analizo todo lo que cae en mis manos. Lo que dice Vd, Eminencia, también.


Como decía, este ser, emitidor de postulados absolutamente irracionales; difamatorios; insultantes; machistas e incitadores en una palabra, al maltrato del ser humano ( llegados a este punto me da igual que sea hombre o mujer ) puede ser seguido o escuchado por alguien? Puede algún ser humano normal; inteligente; coherente; bien educado; leído, escucharle por más de 2 minutos sin levantarse y salir corriendo? ¿ puede alguien asistir a alguna de sus homilías mas cercanas al “gore” que a la necesaria progresión del ser humano, sin necesitar una ducha de agua helada?, ¿ cómo permite El Estado Vaticano, -siempre tan cuidadoso y prudente a la hora de esconder la porquería debajo de las alfombras-, permitir al oscurantista expresarse en términos semejantes?

Qué descuido papal! Que fallo de Marketing! Qué tropezón sin parangón!

No nos hemos recuperado de los tremendos delitos de pedofilia y saqueo máximo “made in Iglesia, S.A” y ahora Su Eminencia nos prohíbe a las mujeres lo que nos define como seres humanos más allá del género:


P-E-N-S-A-R y A-C-T-U-A-R D-E M-A-N-E-R-A L-I-B-R-E


Ay Eminencia!

Si las madres misioneras de una conocidísima congregación religiosa donde tuve el privilegio de estudiar y formarme, excelentes mujeres y mejores profesoras (y realmente libres, se lo garantizo), le han escuchado, estoy segura que no tendrán la delicadeza de invitarle a un café con pastitas en cualquiera de las miles de misiones donde, realmente, difunden el mensaje de Jesucristo, haciendo a fondo lo que tienen que hacer y ahorrándose toda la patraña medieval con la que Vd. ha tenido la desfachatez de faltarnos el respeto: como seres humanos en primer lugar y como mujeres en segundo.

Como mujer de empresa, recomiendo a Su Eminencia y a la multinacional que representa, emitir un comunicado público y urgente, retractándose de los insultos y reconsiderando su lamentable, obsoleto e inaceptable discurso. Piense además, que como continúen Vds perdiendo adeptos dejarán de facturar, osea, dejarán Vds de lado su cometido Número 1: ni que sea por el interés económico puro y duro, retráctese públicamente, Eminencia.


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